Crónicas de un Marciano

16 07 2007

Iba caminando por Cerritos y de golpe me tocan el hombro. Me doy vuelta, y mientras veía mi mensaje del celular, le digo:

-¿Qué pasa, flaco?.

-Nada, neno neno, estaba teniendo sexo contigo.

-Naa, man, esa broma es vieja -le dije -Eso sí, lo de neno neno me mató.

Terrible mi cara de asombro cuando, al enviar el sms, me lo rebota.
-¡Qué teléfonos de mierda! -pensé.
-Si -oí que me contestaron.
Sin entender, levanto la vista y me encuentro con una «persona» de cabeza ovalada, casco transparente y traje espacial. Ahí nomás, veloz como una liebre, deduje que se trataba de un extraterrestre. Sólo me faltaba reconocer para que empresa trabajaba. Estiré la mano esperando su panfleto, pero no, realmente se trataba de un extraterrestre, ET, un Alien, o sea, ¿me entendés lo que te digo?.

No me salían las palabras. Quedé estático, ecuánime.

-Pe… Pe…

-No, Pepe es mi primo, neno neno. -me contestó.

-Pero… Pero… Pero ¿cómo…? Es que… O sea… Yo…

En ese instante me di cuenta que conozco poca gente en Cerritos. No tenía a quien contarle o a quien decirle: -Carlos, te presento al fenómeno este.
Además, como corolario, me di cuenta que reacciono como un idiota al ver un extraterrestre.

Mientras yo seguía con mi tarantela de monosílabos, el bicho este me dice:

-Me llamo Borg, ¿vamos a tomar un café y me contás qué es de tu vida?. O sea, la vida de ustedes, ¿los humanos?.

-Pucha que se adaptó rápido el engendro -pensé para mis adentros.

-Si. -me dijo.

-¿Eh? -le contesté.

Luego de ese fluído diálogo, nos tomamos el café. Me contó de su primo Alfredo que vino a la tierra y ganó sus buenos dólares con una serie, que vió a su cuñado Mork hacer una interpretación fantástica de Robin Williams en la televisión y de el documental sobre su raza: «Hombres de Negro 1 y 2».

Cuando le comenté del fenómeno Roosevelt, sobre que había pasado y si realmente eran alienígenas, entre risas, me dijo: -Jajaj si, mi amigo MAC, ¡qué borracho empedernido!.

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