Guía para Hacer el Ridículo

10 01 2009

Toda persona nace con alguna característica que lo hace único, que lo hace resaltar. Podemos ver, por ejemplo, la mano derecha de Jordan, la zurda mágica de Maradona o los pantalones cuadrados de Bob Esponja.
El hombre, aunque no lo sabe, tiene su don, su plus, algo ahí escondido, dispuesto a manifestarse en algún momento y sorprender al mundo.
El paso del tiempo me demostró a mi, que tengo la gran capacidad para hacer el ridículo. A fiesta a la que iba, quizás pasaba totalmente desapercibido, pero en menos de dos temas, alguien ya mostraba su admiración ante mi prescencia: -Pfff… Mirá el ridículo éste…
Pues bien, hoy, en un acto de humildad y compañerismo, me dispongo a explicar, en breves pero concisos pasos, cómo hacer el ridículo y sentirse orgulloso de ello; porque no es nada ser, o hacer el ridículo, sino también sentirse alguien importante por eso.

El paso principal del ridículo está en su forma de vestir. Las camisas floreadas o colores flúo son más que bienvenidas.
El ridículo lleva esos pantalones que hace tres años estuvieron de moda. Puede pues, aparecer con pantalones a cuadros, de varios colores, o quizás, de acá a dos años, aparecer con pantalones chupines color rosado.
No importa el pantalón, debe ser lo suficientemente ajustado para que al agacharse se rompa la costura nalga-nalga, dejando ver nuestro calzón marca «LatinLover».
Las zapatillas del ridículo son esas tipo zapato de astronauta, enormes, bien blancas y que al pisar, emiten una lucecita indicando que «el ridículo, ha dado un paso más en su vida». Lee el resto de esta entrada »